Sólo puedo decir qué suerte la mía haberte conocido. Para mi hablar contigo de cualquier tema, por difícil que sea, se convierte en una revelación, tus consejos son los necesarios en cada momento, y esto es así porque no necesitas muchas explicaciones para entender las situaciones más íntimas, duras, complicadas o simples, sabes ponerte en mi lugar no sólo por empatía sino por pura conexión de alma a alma, eso es mágico cuando sucede y contigo es así. Nunca me has juzgado, siempre has sabido hacerme sentir bien, con la confianza absoluta de poder hablarte sin reparos. Siempre tienes la palabra correcta, provocas la reflexión necesaria y sobre todo siempre acompañas con esa generosidad inmensa, entregando todo de ti, tu experiencia, tu conocimiento, tu tiempo y todo rodeado de un cariño y afecto que hace que sólo poder contarte las cosas, ya valga para sentirme reconfortada. Sólo espero y deseo que me sigas acompañando en este camino.
Carmen, Sevilla